Hacer más con menos.



Gilberto Salazar

El pasado 22 de noviembre, la Cámara de Diputados aprobó el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio 2020; entre los rubros de gasto destacó el caso del Instituto Nacional Electoral, organismo autónomo al que se redujo el presupuesto solicitado en 1,071 (mil setenta y un) millones de pesos, decisión de la máxima soberanía del País que ha sido motivo de una escaramuza mediática entre quienes, con la razón que les concede la Constitución y la Ley denuncian la vulneración de la autonomía e independencia del árbitro electoral; en oposición a quienes interesa desgastar la imagen pública de quien Preside el Consejo General del INE.

En ese debate de sordos se ha destacado la cifra de la disminución presupuestal, y no es para menos, mil millones de pesos es mucho dinero; sin embargo, poniendo las cosas en perspectiva, la verdad es que no es una disminución tan dramática, pues tomando en cuenta que el Consejo General del INE determinó solicitar 12 mil 493 millones de pesos para 2020; de los cuales, “sólo” les autorizaron 11 mil 422 millones de pesos, resulta que la disminución presupuestal representa el 8.57% del gasto programado.

Parece que el gasto que ejerce el INE o que dejará de ejercer en 2020, es sólo un pretexto para insertar el tema presupuestal en la agenda pública, pero, ¿Con qué propósito?

En Veracruz el recorte proyectado para el organismo electoral (OPLEV) es más drástico que el aplicado al INE, pues, para el año que viene el Consejo General del OPLE Veracruz aprobó ejercer un presupuesto de 385 (trescientos ochenta y cinco) millones de pesos[1], mientras que en el proyecto de presupuesto de egresos para el próximo año que envió la Secretaría de Finanzas al Congreso del Estado de Veracruz para su eventual aprobación, incluye una reducción de poco más de 177 (ciento setenta y siete) millones de pesos.

De consumarse el recorte al presupuesto que, en ejercicio de su autonomía aprobó ejercer en 2020 el OPLE Veracruz, este organismo electoral ejercerá 212 millones, 798 mil, 461 pesos; de los 385  millones solicitados, lo que representa una reducción del 44.72 % de su presupuesto.



Sin duda, la inminente reducción al presupuesto del OPLE Veracruz, a diferencia de la que se aplicó al del INE para 2020, puede comprometer la realización de las actividades sustanciales para la preparación del proceso electoral 2020-2021, en el que se renovarán a los integrantes del Congreso y a los ediles de los 212 ayuntamientos que integra el Estado de Veracruz; y que dará inicio en el mes de noviembre del próximo año, que no obstante su dilatada fecha de inicio, implica la ejecución de diversas actividades de preparación antes del inicio formal del proceso, que desde luego implican el uso de recursos materiales y financieros.

Dependiendo de la naturaleza del presupuesto de que se trate –pues no es lo mismo elaborar un presupuesto para construir una obra civil, que para sostener la operación de una oficina pública por ejemplo– existe un criterio de aplicación universal en la elaboración de presupuestos, y es el consistente en incluir una partida o previsión para afrontar contingencias, que por lo general oscila entre el 10 y el 20 por ciento del gasto programado a ejercer.

Incluir la previsión en cita, permite asegurar con cierto grado de certeza que las actividades que se realizarán en el periodo de su ejecución, sea por obra o tiempo determinado, se realizarán en su totalidad y con la calidad esperada, a pesar de las fluctuaciones de precios en el mercado o por la concurrencia de imprevistos que impliquen la necesidad de aplicar recursos materiales o financieros adicionales a los proyectados de inicio.

Por tanto, una reducción como la aplicada al presupuesto del INE para 2020 técnicamente no pone en riesgo alguno la ejecución de las funciones que tiene encomendadas, pues el porcentaje de su merma (8.4%) es inclusive inferior al porcentaje mínimo que se establece en toda elaboración presupuestal como “fondo de emergencia” para atender contingencias (10%).

Caso distinto ocurre respecto del presupuesto que ejercerá el OPLE Veracruz en 2020, pues a pesar de que en el proyecto de egresos que remitió SEFIPLAN al Congreso del Estado se destaca que la reducción presupuestal propuesta corresponde al 10.8%, dicha referencia resulta incierta, pues en su proyecto dicha Secretaria contrasta el presupuesto aprobado para el OPLE Veracruz para 2019 (612 millones)[2] contra el que se propone para 2020 (546 millones)[3]; siendo que en el caso de los organismos electorales, la demanda de servicios es dinámica y se encuentra supeditada a la concurrencia de elecciones en un año determinado, tal y como ocurre el próximo año, en que, el inicio del próximo proceso electoral impone la realización de actividades extraordinarias relacionadas con la realización de ese propósito.

De esta manera, para determinar el porcentaje de reducción presupuestal que se pretende aplicar al OPLE Veracruz no se debe comparar el presupuesto que está ejerciendo dicho Organismo en 2019, contra el que se le pretende asignar. No, el contraste se debe realizar tomando en cuenta el presupuesto que en ejercicio de su autonomía e independencia aprobó su Consejo General, respecto del que se propone desde la Secretaria de Finanzas del Estado asignarle para 2020.

En este orden de ideas, es claro que imponer una reducción del 45% del presupuesto aprobado por el Consejo General del OPLE Veracruz para el 2020 constituye una medida que parece a todas luces injustificada y desproporcional.

¿Cuál es el propósito o razón que determinó a la Secretaría de Finanzas del Estado imponer una reducción de casi el 50% del presupuesto aprobado por el Consejo General del OPLE Veracruz para el próximo año?

Independientemente de las razones que hayan motivado una reducción tan drástica al presupuesto del OPLE Veracruz, la realidad es que el recorte a su presupuesto impone un reto sin precedentes a dicho Organismo para hacer más con menos; quedará en manos de los consejeros que integran su máximo órgano de dirección revisar con seriedad: políticas, procesos y procedimientos para desregular, simplificar y hacer más eficiente la operación del proceso electoral; sin duda la utilización de soluciones tecnológicas abonará a esta causa. Sin embargo, la cuestión fundamental será: ¿Cómo conciliar la organización de elecciones en un esquema de austeridad extrema, con los altos estándares de “calidad” que impone el INE en ejercicio de la rectoría en el ejercicio de la función electoral?

Habrá que estar atento a lo que ocurra finalmente en el Congreso del Estado en próximos días, sin embargo todo parece indicar que la reducción al presupuesto del OPLE para 2020 es prácticamente un hecho consumado.

Si bien, en los tiempos que corren un reclamo de la sociedad es que las entidades públicas en general, incluidos los organismos autónomos, se conduzcan bajo un paradigma de austeridad y racionalidad en el ejercicio del gasto público; lo que no se puede compartir es que dicho talante sea impuesto de manera tan drástica, y menos por un órgano político, máxime la trascendente tarea que tiene encomendada el Organismo Electoral de Veracruz.



[1] Acuerdo OPLEV/077/2019 aprobado el 30 de septiembre de 2019. http://www.oplever.org.mx/wp-content/uploads/gacetaselectorales/acuerdos2019/077.pdf
[2] Incluye el gasto operativo del OPLE Veracruz más el financiamiento público para partidos políticos.
[3] Mismo caso.

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